Ayer como hoy
quedé prendado de tu mirada,
dicen que voy
ciego de amor a verte a tu casa.
Tu siervo soy.

Tú me abres la puerta, yo penetro,
suave sonrisa,
eres mi reina mano en el cetro,
voy con misiva
escrita en verso con rima y metro.

Surgen palabras,
su día el veintitrés de noviembre,
cuelgan de ramas
de árboles sin hojas en diciembre,
viajan con alas.

La vida es corta,
da gusto disfrutar cada instante,
nunca estás sola,
recuerda, yo soy tu acompañante,
sé que lo notas.

En la noche brillan las estrellas,
dulces diamantes
engarzados en una pulsera,
digna de amantes,
hecha de oro, plata y pulcras gemas.

Arrodillado,
con la mirada puesta en tus ojos,
mi ser amado,
quiero compartir contigo votos,
pisar al lado.

¿Qué contestas tú, querido amor?
Ríes, observas…
Celebraré tu sí con clamor.
Espero quieras
vivir conmigo con tierno humor.

Tú y yo muy juntos,
nuestra complicidad es suprema,
con los asuntos
para resolver sobre la mesa,
solos, adjuntos.

Han pasado los años, cariño.
Somos felices.
Bellos recuerdos en el escriño.
Con besos miles,
nos, concebimos a nuestro niño.

Ayer como hoy y también mañana, la vida
sigue regalándonos este amor casi eterno.

María Teresa Rodríguez Cabrera
Escrito con la Estrofa Julia