Querido amigo Antonio:
nuestras vidas se cruzaron,
compartimos proyectos
junto a otras personas afines
y con las mismas inquietudes.
Al terminar, partimos todos
hacia diferentes destinos
a continuar nuestras rutinas.

La vida te ha sorprendido
decidiendo que tu último suspiro,
antes de tu viaje definitivo,
lo hicieras en soledad.
La Tierra a veces resulta dura.

Los avances de la ciencia,
las ondas que se transmiten
para que lleguen a nosotros
imágenes e información,
llenan el espacio vacío
por el que transita la persona.
La sensibilidad a esta energía
fue para ti demasiado intensa.
Te obligó a vivir en solitario,
a pasar contigo mismo, aislado,
los últimos años de tu vida.

Ahora este virus desconocido
te ha hecho emprender el vuelo.
Espero y deseo, amigo mío,
que en tu nueva residencia
las únicas ondas que te afecten
sean las de luz y amor.

Quiero que tu paso por esta vida
sea recordado siempre,
que tus palabras de filósofo
dejen una huella de sensibilidad;
por eso te escribo con afecto
esta despedida póstuma,
justo en la fecha especial
en la que cumplirías los 55 años,
el día 3 de mayo de 2020.
Hasta el próximo encuentro, Antonio.
¡Feliz viaje y feliz cumpleaños!

María Teresa Rodríguez Cabrera
Alicante 3 – 5 – 2020